La vallisoletana utiliza tanto elementos plásticos, como textiles o reciclados para transformarlos en arte. Su trabajo más reciente pudo verse recientemente en la galería Alarcón/Criado, de Sevilla.
Belén Rodríguez es máster por la Akademie der Bildenden Künste de Viena, donde ha estudiado con el artista y profesor Heimo Zobernig, y licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid.
Esta creadora, que vive y trabaja entre Madrid y Cantabria, ha pasado temporadas largas en otros países, debido a programas en residencias internacionales como Flora ars + natura en Bogotá; Artista x Artista en La Habana; Hooper Projects en Los Ángeles; Atelier Salzamt en Linz; la Academia de España en Roma; Hangar + GlogauAir, en Berlín, y BMUKK en Tokio, gracias al Ministerio de Cultura de Austria.
Rodríguez, que acaba de cerrar exposición en la galería Alarcón/Criado (Sevilla), y que estrenará un proyecto para La Littorale, la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Anglet (Francia), el próximo verano, busca trabajar con formas y contenidos poco definidos, difíciles de reconocer o categorizar.
- ¿Cómo es su trabajo en el día a día?
Mi labor tiene muchas facetas: unas de gestión de mi propio proceso, otras de documentación o de planificación, y otras de trabajo en el estudio. Pero, básicamente paso el día en el taller, sin horarios fijos, ni calendario laboral ordinario.
- ¿En qué galerías ha expuesto?
Desde 2009 llevo exponiendo en galerías tanto españolas como internacionales.
- ¿Cuál ha sido la más significativa para usted?
La experiencia más significativa probablemente haya sido mi primera exposición en Josh Lilley, en Londres (2009), puesto que fue la primera exposición individual de mi vida. También recuerdo como experiencia importante mi exposición individual en Parra y Romero, en 2010, y mi participación en la colectiva Second hand, en la Engelhorn Galerie de Viena, donde pude compartir experiencia con artistas como Haris Epaminonda, Micol Assaël, Cyprien Gaillard o Armando Andrade Tudela, también en 2009.
- ¿Cuánto tiempo lleva en este estudio tan singular? ¿Ha estado en otros?
Llevo en Nave Oporto desde el inicio, en diciembre de 2013. Antes de estar aquí tuve dos estudios en Viena, uno de los cuales es conocido como New Jörg.
- ¿Se considera una artista polifacética?
Me considero una artista que trabaja en muchos lenguajes diferentes, dependiendo de los contextos. Las experiencias en diferentes residencias y países me han enriquecido mucho, y me han abierto nuevos caminos.
- Una obra y un poema que la definan.
Más que me definan, me habría gustado formar parte de ellos… Por ejemplo, una canción de Emahoy Tsegué o la película Sans Soleil, de Chris Marker…
- ¿Hay algún artista con el que se sienta identificada o que le resulte inspirador?
Muchos, pero ninguno concreto. Inspirar, me inspiran muchas cosas, no solo el arte de otros artistas. A lo mejor una costumbre en un pueblo, o la observación atenta de las hojas de un árbol. En el arte, me influye toda cultura heredada: recuerdo cómo modelaban animales en Egipto, veo las figuras de oro que hacían los indígenas en Colombia, una película de Agnes Vardá o un mueble de Eileen Gray; los disfraces de Sophie Taeuber Arp, las gymnopédies de Erik Satie…
- ¿Trabaja sobre la idea de un formato de proyecto específico o busca crear un contexto en sí mismo?
Ambas ideas me parecen válidas y sugerentes, e incluso compatibles.
- ¿Qué materiales ha utilizado en sus obras? ¿Con qué fin?
He trabajado muchos materiales y lenguajes, y trataré de no perder la curiosidad o el espíritu investigador. He trabajado la pintura al óleo, el buril, el modelado en bajo relieve, el vídeo, la fotografía analógica, el láser sobre poliespán, la instalación, el ready made, el cemento, el textil… Plásticos encontrados en la playa, un toldo decolorado por el sol, la tapa de un barril de uralita, cuadernos ordinarios de escritura, una fotocopiadora…
- ¿Por qué técnica se decanta? ¿Qué temáticas sobresalen más en sus obras?
Me interesan todas las técnicas que puedan enriquecer mi lenguaje. Me gusta mucho la plástica, como también me gusta trabajar con el ordenador. Me gusta aprender y me gustaría seguir aprendiendo toda la vida.
- ¿Cree que hay unas pautas para descifrar el arte?
Como tantos otros mundos, es cuestión de introducirse poco a poco, de cultivarse y tratar de entender. El arte está ahí para cualquiera.
- ¿Cuáles han sido sus proyectos más significativos?
Aprendí mucho con mi proyecto de final de carrera en Viena, en 2010; o con el que llevé a cabo en Tokio en 2009 (Efectos especiales, 2010). También con el proyecto llevado a cabo en la Academia de España en Roma (After Sputnik, 2012), y con las últimas instalaciones específicas en Can Felipa (Pool, 2017), Tabacalera (Schönbrunn, 2017) y CA2M (Yo extraigo el color, 2018).
- ¿Es fácil entrar en el sistema artístico? ¿Hay más dificultades en la actualidad?
No creo que sea más difícil ahora que en otros momentos. Quizás ahora haya más artistas que nunca, y por ello más competencia, pero el mundo del arte nunca ha sido fácil. En otros momentos las dificultades vendrían por otro lado.
- ¿Hay algún artista con el que haya estudiado y que haya influido en su concepción del arte de alguna u otra manera?
Muchos de mis profesores y compañeros en la Academia de Bellas Artes de Viena. Viena ha sido una escuela dura, pero fundamental para mí. Me ha hecho ser mucho más consciente y crítica con mis decisiones.
- ¿Cuál ha sido su último proyecto?
Mi último proyecto se pudo ver recientemente en la galería Alarcón Criado, en Sevilla. Se llamó Algodón naranja en la bella sombra. En él me basé en el punto de conexión que Sevilla supuso durante muchos siglos entre Asia, América, África y Europa, y cómo esto se refleja en el mundo textil.
- ¿Tiene otros nuevos en mente? ¿Cuál será el próximo?
Para este año estoy preparando un proyecto de instalación al aire libre para La Littorale, Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Anglet, en Francia. Esta Bienal se llamará «L’écume des vivants» (que significa «la espuma de los vivos»), y tratará el tema general y crucial de la diversidad de la vida, que sucederá en paralelo al proyecto VIVANT sobre biodiversidad, en relación con el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN y que se celebra en Marsella en junio de 2020.