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Los juegos espaciales de Martín Freire y su evocación de la infancia - Charo Ramos

A Rodrigo Martín Freire (Sevilla, 1975) le “interesa y apasiona” intervenir en los espacios. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla en la especialidad de escultura, muestra ahora en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo su pieza 4º de juegos, que realizó con una ayuda de Iniciarte -otra obra suya ingresó en la colección andaluza gracias a las adquisiciones de dicho programa- y que sólo ahora se exhibe por primera vez, pese a que fue depositada aquí en 2011.
En esta instalación de grandes dimensiones adapta las dos piezas principales, los barcos Tritón y Falcón, construyendo una trama de tensiones espaciales donde se intuye una crítica social. “Es una mezcla entre el juego y la guerra que conecta además con situaciones conflictivas actuales”, explica su autor.
Martín Freire concede en su trabajo un gran protagonismo a la idea de proceso y muchas veces sus obras se presentan sin terminar, en construcción, recordó el director del CAAC. De este 4º de juegos, Álvarez Reyes resaltó que se ofrece de manera diferente a como podía verse en el estudio pues “las piezas se disponen de otro modo y la obra, con su tamaño peculiar, incide en el espacio y dialoga con él como si estuviéramos en un cuarto de experimentación”.
Esta composición escultórica está concebida como un guiño desenfadado a aquellos juegos de su infancia cuando, insiste Martín Freire, “pasaba horas con los Playmóbil o los Tente, dejándome atrapar y envolver por sus piezas”. Está realizada con materiales sintéticos como los vinilos adhesivos, el PVC y el metacrilato, “que son poco naturales pero sin duda son aquellos con los que me siento más cómodo”.
Los trabajos de este artista, al que representa desde hace seis años la galería Alarcón Criado, parten de una cierta estética pop si bien, como en 4º de juegos, aluden también a aquellas intervenciones en sala que practicaban los artistas alemanes en la época de Joseph Beuys. “Mis piezas suelen invadir los espacios y crear atmósferas pesadas por eso hay espectadores que me transmiten su sensación de claustrofobia al convivir con ellas”, comenta.
Desde hace tres años, siempre con Alarcón Criado, Martín Freire es un artista habitual en la feria ARCO. Sin embargo, la más popular de sus creaciones es su proyecto específico para The New Style Outlet Center de Sevilla, el centro comercial próximo al aeropuerto. “Ha sido la pieza de mayor tamaño y la que he ejecutado en un plazo más corto. Fue toda una locura pero he quedado muy satisfecho con el resultado y con el modo en que se integra en un espacio fantástico”.
Reconocido como uno de los artistas con mayor proyección de su generación y miembro también del equipo de investigación Tebro (Técnicos del bronce) de la Universidad de Sevilla, acaba de presentar un proyecto para intervenir en un centro comercial de Kuwait. “Al final no resultó elegido pero ha sido una experiencia muy interesante y aleccionadora”, asegura.

Lo que puede una forma - Alfredo Aracil ( 2015 )

Encerrado en una fotografía montada en forma de díptico, con un metacrilato transparente sellando su superficie, como si de un expositor de calle se tratase, el estudio del artista Martin Freire aparece repleto de objetos, estructuras y figuras. Una escenografía, o un site-specific como le gusta recordar al artista, donde el caos del taller se ordena por medio de una pasarela que, recorriendo el escenario en altura, genera dos mitades enfrentadas en forma de abismo: dos caras complementarias, capaces de evidenciar, en última instancia, el ilusionismo y el ejercicio de ocultamiento propio de las técnicas publicitarias empleados por marcas y medios de comunicación en su construcción de una realidad paralela que ha suplantado a la realidad.

 

El conjunto se completa, además, con una curiosa cartela montada a la izquierda de la fotografía. Sobre una superficie también de metracrilato transparente, en lugar del clásico texto con el título, la técnica y la fecha, encontramos una piedra y un lema: “elemento de persuasión”. Un índice de lo real, un préstamo del mundo, un objeto, aunque también una amenaza, que hace del enfrentamiento de las dos mitades de la imagen un reflejo de la relación entre realidad y ficción. Esto es, la relación entre la cosa y el símbolo, entre lo que percibimos y lo que es: un espacio de ambigüedades y caminos sin salida que no dirigen, necesariamente, a la verdad. De fondo, encontramos el cuestionamiento del objeto artístico, así como de los lugares para su difusión, centros de arte, museos y galerías, aunque también revistas de tendencias y los spots de la televisión. Soportes, todos ellos, que Martin Freire interroga, una y otra vez, poniendo en relieve el carácter espectacular del arte, al mismo tiempo que muestra el carácter artístico de toda mercancía.

 

El lugar de trabajo del artista, tradicionalmente un paisaje vetado a la mirada del espectador, se muestra aparentemente transparente. Y sin embargo, su disposición obliga al espectador a pelear con un puzzle que muestra distintos materiales como metal, aluminio o distintos listones de madera que dejan entrever la frase “La realidad está frente a nosotros”. Una consigna de regusto situacionista que, si bien decoró los muros del Paris previo al 68, hoy bien podría presidir cualquier anuncio de televisión, ya ni siquiera sofisticado.

 

A su lado, aparecen otros objetos más alegóricos, como son un atril de director de orquesta o una máscara de lobo, elementos que elevan el juego compositivo al rol de la especulación formal que, en el fondo, es también social. De esta forma, el artista convierte un género clásico, como es la representación del taller, en un decorado, o un set de televisión abandonado, donde en lugar de ocultar la miseria, Martín Freire punta a ciertos males que aquejan nuestro tiempo, como pueden ser la obediencia ciega del consumidor-ciudadano, el control social velado de las empresas o la pérdida de la experiencia de realidad. Signos de un tiempo en que las marcas han colonizado el espacio público y la vida social. El mundo ya ni siquiera es un teatro, es un trampantojo: mostrar para esconder.

 

Pintado en apenas seis semanas, El taller del pintor, de Courbet, llevó la pintura a un campo expandido. El lienzo como laboratorio social donde no sólo aparecen figuras capaces de generar una ilusión, sino de llevar la vida y la muerte misma a la pintura. “El mundo que viene a hacerse pintar en mi casa”, como diría el mismo artista. Conocida también como Alegoría real, la obra inaugura un tipo realismo fascinado por las la dignidad de las cosas y las personas, que gracias a la literalidad, siempre desde lo particular, nos ofrece una visión de la sociedad que no excluye la pobreza y la marginalidad. Paradigma del pintor comprometido con su tiempo, Courbet acabó negando su participación en la Comuna de Paris. “Soy sólo un artista”, cuenta la leyenda que respondió al ser requerido por el orden una vez terminada la revolución.

 

La relación entre arte y política es la historia de un malentendido, de un desencuentro. Consciente de ello, el trabajo de Martin Freire pone en entredicho la supuesta capacidad de transformación del eslogan y de las frases hechas, es decir, del arte político de la proclama, presa fácil para los intrépidos creativos publicitarios, que como quien cambia de camisa son capaces de cambiar las cosas de sentido. En realidad, la única posibilidad de arañar el orden establecido pasa por generar pequeñas desviaciones del imaginario dominante y, más en concreto, por el trabajo de composición de formas y estructuras que cuestionen qué, cómo y con quién percibimos el mundo.

 

A fin de cuentas, las marcas hace tiempo que han dejado de vender productos. Su trabajo consiste, hoy, en comercializar formas y modos de vida. El capitalismo es una máquina capaz de integrar en su seno toda crítica para, una vez interiorizada, convertirla en fortaleza. Así, la radicalidad del arte “transgresor” sirve para actualizar el rostro de productos y empresas, siendo la transgresión un mito moderno del que se ha apoderado el sistema capitalista en su enésima reencarnación. Tal vez sea necesario, en vistas a invertir el sentido del combate, mimetizarse con este tipo de estrategias mediáticas, replicando sus estructuras lingüísticas y formales, como hace Martin Freire en su trabajo al desnaturalizar y desvestir, por medio de la emulación, el sistema espectacular. Como una maldición, todavía resuenan en el aire las palabras de William Burroughs en su camapaña para Nike, a principio de los años 90 del siglo pasado: “make evertything posible… The commin of new tecnology”.

 

Martín Freire explora los puntos ciegos donde el arte es capaz todavía de pelear contra la mercadotecnia. Campos de batalla donde la única posibilidad de victoria pasa por recuperar la experiencia como fuente de sentido. Por medio de formas que recuperan la tradición de las estructuras y los primeros entornos minimalistas, al tiempo que actualiza su potencial social, en tanto que entornos que precisan de la participación un espectador activo, sus construcciones nos muestran espacios y lugares potencialmente habitables, entornos literales que requieren, como en el teatro, de un espectador siempre. A pesar de ser tildado por los críticos como la la vanguardia de la decoración, el arte que investiga y trabaja sobre la forma y la percepcción, nunca será la decoración de la vanguardia. La representación en publicidad, nos recuerda Juan Luis Moraza, “constituye un ejercicio simbólico que oculta, en su visibilidad absoluta, un ejercicio de poder que no es imaginario, sino plenamente real”[1]. Se trata, pues, de darle la vuelta al calcetín: hacer de lo virtual, es decir, de lo imaginario, un espacio físico, un nuevo territorio para la vida social.

 

[1] Moraza, Juan Luis: Ornamento y ley. Procesos de contemporización y normatividad en el arte contemporáneo. Pag 42. CENDEAC, Murcia, 2007.

Martín Freire gana la beca DKV Seguros-Álvarez Margaride con su proyecto Behind the Scene ( 16 marzo 2015 )

Behind the Scene, del artista Rodrigo Martín Freire (Sevilla, 1975), ha sido seleccionado proyecto ganador de la Beca de Producción DKV Seguros – Álvarez Margaride en su tercera edición, convocada conjuntamente por la entidad aseguradora y LABoral Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón. Martín Freire desarrollará su proyecto en una residencia artística de dos meses de duración en Plataforma 0. Centro de Producción de LABoral, como paso previo a su presentación al público desde el próximo 8 de junio y hasta el 30 de agosto de este año.

Behind the Scene es una instalación en la que el artista presentará simulacros de vallas publicitarias en las que, a través de halógenos, se verán mensajes e imágenes formados por letras corpóreas, cuya interpretación se verá afectada por diversos agentes atmosféricos, accionados a través de un hardware libre denominado Arduino. La posibilidad de que estos mensajes se mezclen entre sí aleatoriamente, se oculten, o coincidan, pondrá de manifiesto la desconexión que se produce entre la idea primigenia del emisor con el entendimiento final del receptor.

Según Martín Freire, la obra “pretende poner en evidencia a los poderes públicos y su falta de escrúpulos a la hora de manipular el mensaje; cómo ocultan, desmienten, cambian y enmascaran la información para intentar controlar las pautas de conducta de un individuo cada vez más alienado”.

Nacido en Sevilla (1975), Martín Freire es licenciado por la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla (1999) y en la actualidad realiza el doctorado en el departamento de Escultura e Historia de las Artes Plásticas de esa misma universidad. Ha sido becado con una residencia de producción en la Fundación BilbaoArte.

De sus exposiciones individuales entre el 2004 y 2015, destacan El triunfo del tiempo y del desengaño, Invasores del espacio y Parque temático, realizadas en la galería Alarcón Criado de Sevilla; Parachute, en la galería Paz y Comedias, Valencia. Entre sus proyectos individuales sites specific se encuentran Windows cut/ para The Stile Outlet. en Sevilla; y Espacio disponible, en ArteLisboa´09.

Ha participado en colectivas como Inicial/08, organizada por la Junta de Andalucía; Colección DKV Artistas, en Sevilla y Madrid; La imagen y el animal, Diputación de Granada; y ha sido seleccionado en el premio ABC. Su obra se ha mostrado también en ferias como ARCO´12´13´14´15; Preview Berlin; Art Fair´10; Next´10 Chicago, en EEUU; Swab, en Barcelona; y en varias ediciones de Arte Santander.

El jurado que seleccionó la propuesta, de entre las 50 que concurrieron a la convocatoria, ha estado integrado por Josep Santacreu, Consejero Delegado de DKV Seguros; Iñaki Martínez Antelo, Director de MARCO, Museo de Arte Contemporánea, Vigo y Ferrán Barenblit, Director del Centro de Arte Dos de Mayo, CA2M, Madrid, como jurados externos; Juan Bautista Peiró, Catedrático Universidad en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, y Alicia Ventura, Directora de Gestión Arte Ventura y Asesora y Comisaria del Proyecto Arte DKV Seguros, como miembros designados por DKV Seguros; y Lucía García, Directora Gerente de LABoral; y Patricia Villanueva, Responsable de Exposiciones, como miembros designados por el Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón. Actuó como secretario Luis Framis de Ferrater, del Departamento de Comunicación y Responsabilidad Empresarial de DKV Seguros.

La Beca de Producción DKV Seguros – Álvarez Margaride es fruto de un convenio de colaboración a cinco años, suscrito entre LABoral y DKV Seguros, entidades que se comprometen a la organización, producción y exposición del trabajo seleccionado. Con esta convocatoria se rinde homenaje a la figura del empresario José Luis Álvarez Margaride, gijonés de nacimiento y presidente de DKV Seguros hasta su fallecimiento en 2010, por su compromiso empresarial con Asturias y su interés por el arte, la cultura y la investigación científica.

De acuerdo con las bases, la convocatoria busca la selección de una obra que utilice las nuevas tecnologías, en su visión más amplia, concebida por un artista español o con residencia legal en España, nacido en o después de 1975. Está dotada con 10.000€ brutos -2.000€ en concepto de honorarios y una bolsa de producción de 8.000€-, además de acceso a todos los recursos técnicos y humanos de LABoral.

DKV Seguros

La compañía aseguradora especializada en salud DKV Seguros ha creado ARTERIA DKV, un programa dedicado a impulsar diferentes acciones que fomentan la creación artística, siempre ligada a la salud y a mejorar la calidad de vida de las personas. De esta manera, fiel a su compromiso artístico, DKV pretende impulsar la innovación y la creatividad en general entre el sector asegurador y sanitario, además de fomentarla como un valor en la sociedad.

Bajo la marca única Munich Health, Munich Re ha reunido su conocimiento global sobre salud en seguros y reaseguros. En España, Grupo DKV está implantado en todo el territorio nacional, con una amplia red de oficinas y consultorios en la que trabajan casi 2.000 empleados, y que da servicio a cerca de dos millones de clientes.

Su vocación es ofrecer a sus asegurados una gestión orientada a la calidad, caracterizada por una actitud de innovación permanente en productos y servicios y por la especialización en salud y seguros personales.

Proyecto ganador de la tercera Beca de producción DKV Seguros - Álvarez Margaride ( 2015 )

Behind the Scene entronca con los discursos reflexivos que recorren el trabajo artístico deRodrigo Martín Freire en torno a la historia del Arte Contemporáneo y donde se tensionan las relaciones entre realidad y representación. La obra es un intento de poner en evidencia a los poderes públicos y su falta de escrúpulos a la hora de manipular el mensaje; cómo ocultan, desmienten, cambian y enmascaran la información para intentar controlar las pautas de conducta de un individuo cada vez más alienado.
Behind the Scene es una instalación que incluye simulacros de vallas publicitarias en las que, a través de fluorescentes led, se ven frases e imágenes formadas por letras corpóreas, cuya interpretación se verá afectada por la interferencia de diversos agentes atmosféricos que son generados a través del hardware Raspberry Pi . La posibilidad de que estos mensajes se mezclen entre sí aleatoriamente, se oculten o coincidan, pone de manifiesto la desconexión que se produce entre la idea primigenia del emisor con el entendimiento final del receptor.
Esta obra es parte de la investigación realizada por el artista en Intervenciones vinculantes, título que en realidad no es ningún proyecto en concreto y son todos a la vez; es un work in progress de un artista cuyo trabajo conecta las ideas con personas con la intención de crear sinergias más allá de los límites artísticos preestablecidos. Martín Freire recurre en Behind the Scene a motivos de su contexto cotidiano y utiliza recursos procedentes del diseño gráfico y de la publicidad para presentar una visión distorsionada de una realidad aparente.
Behind the Scene es el proyecto ganador de la III Beca de Producción DKV Seguros – Álvarez Margaride y ha sido producido en Plataforma 0 Centro de Producción de LABoral.

ESCALAS EN LA COMUNICACIÓN, ESCALAS EN LA DIMENSIÓN - Iván de la Torre ( 2006 )

A final de los cincuenta dos artistas, Christo Vladimir Javacheff, creador todavía búlgaro, quien con el tiempo sería reconocido tan sólo por su nombre, y su compañera Jeanne-Claude de Guillebon, comenzaron en París a convencerse de que se podía revalorizar positivamente cualquier objeto, por simple o cotidiano que este fuera, y dotarlo de un aura misteriosa y poética con el simple gesto de ser envueltos en plástico o papel. Daba igual –siguiendo la filosofía del objet trouvé que tanto influyó en su generación- que el contenido fuera un zapato viejo, una botella vacía o un carrito de bebé. Al fin y al cabo, además de una crítica al consumismo inherente a todo arte de acción de la época, faceta que la pareja de creadores ha ido perdiendo a lo largo del tiempo, estas estrategias responden –en palabras del propio Christo- a una valoración de la escultura como “algo tridimensional que ofrece la posibilidad de rodearla”.

La publicidad, a lo largo de su corta pero prolífica historia, ha aquilatado estas estrategias, llegando al férreo convencimiento de que resulta tan atractivo y estimulante para el espectador presentar un producto sustentado o respaldado por una escenografía que resalte sus valores cuanto ocultarlo, desproveyéndolo de la significación de sus virtudes. Esta ocultación omite cualquier mensaje o recomendación, suprime la visibilidad de sus valores llegando, incluso, a eliminar la presencia del producto mismo.
La presentación psicológica de espacios de trabajo o de desarrollo del espectáculo público o político, de manera sesgada o neutralizada, es uno de los motivos de actuación de Thomas Demand. De hecho, la pre-fabricación de maquetas que luego capta fotográficamente le sirven al alemán para, de algún modo, sopesar el valor simbólico de objetos, signos, grafías que apenas conseguimos descifrar completos y que fascinan y embaucan por sus vivos colores, su ortodoxa estructuración publicitaria y los rotundos volúmenes.
Rodrigo Martín Freire fija su objetivo en los elementos que estructuran nuestros paisajes cotidianos: vallas publicitarias, luminosos, manuales de instrucciones…, y los somete a un proceso de desvirtuación crítico bajo una doble metodología. Por un lado resalta los valores plásticos, cromáticos, espaciales de los soportes publicitarios, eliminando cualquier referencia comunicadora, algo que sucede en la instalación “Parque temático” (2007), e incluso recurre a la apelación evocadora de los juegos de construcción infantiles en “4º de juegos I Y II” (2007), “st (Barcos de Guerra)” o “st (Helicóptero)” (estas últimas de 2006). Transitando el sentido contrario de la misma dirección, en ocasiones juega a humanizar los fríos mensajes públicos, ya privados o institucionales, incluso in situ, como sucede en la acción “Metro” (2005) en la que sobre los cuerpos anónimos que promocionan el nuevo medio de transporte hispalense, impone –perfectamente integrados- su retrato y los de algunos amigos. Algo similar concurría en la instalación “Crea tu ídolo” (Sala Endanza, Sevilla/Galería Fernando Serrano, Huelva -2004-), en la que incitaba al público, mediante una prótesis recortable, a sentirse divinidad coronada por unos instantes.
Hablando de un artista inquieto y proteico, la anterior no es la única línea de actuación que ha caracterizado la trayectoria última del artista sevillano. Ciertamente, a las alturas a las que nos encontramos y analizando diversos modos de resolver la entelequia creativa, se detecta que la opción figurativa ha encontrado un modo de acomodarse y vestirse con los hábitos de la modernidad a fuerza de subvertir las escalas. Nunca antes, como ahora, encontramos más micro o macro productos figurativos, piezas unitarias o corales que lindan con el modelismo miniaturista o con el monumentalismo y escenografismo cinematográfico, sin querer militar en estas esferas. En cada polo de la balanza que mide estas estrategias de epatación dimensional encontraremos la producción de Ron Mueck y en el contrario, las miniaturas de Richard Stipl o de Sherri Hey.
Entre la subversión dimensional que apuesta por escalas gigantescas cabe destacar las enormes esculturas de Jonathan Borofski –su “Hombre con martillo” (1982), de más de 20 metros de altura, se emplaza a las afueras de Frankfurt-, las hiperrealistas del citado Mueck o la irónica y desacomplejada acción “Hase” (2005) –casi broma-objeto- del grupo Gelitin, un gigantesco conejo rosa tirado en las faldas de los Alpes italianos. Los lenguajes no figurativos no son ajenos al efecto dramático de lo desmesurado; ahí están las piezas de Richard Serra –recordemos la pionera obra “Terminal” (1977) presentada a la Documenta de Kassel IV, y hoy ubicada en la Bahnhofvorplatz de Bochum, o las recientes y gigantescas instalaciones interiores y exteriores de Anish Kapoor.
En la trinchera enfrentada nos encontramos con quienes han adoptado los procesos de miniaturización como mecanismos válidos de representación de universos propios o ajenos. En “Arbeit McFries” o “Hell” los hermanos Chapman usan de estos sortilegios para ejemplificar con ironía la tragedia de un mundo no del todo imposible todavía. En otras ocasiones se toma del modelismo la estrategia de la parada militar, como sucede en las espectaculares instalaciones de Zhou Xiaohu.
En Andalucía nos debemos congratular de contar con jóvenes creadores implicados en esta corriente, como el malagueño Javier Calleja y el cordobés Moreno Carretero. Las cajas de Rodrigo Martín Freire, sin embargo, presentan un carácter muy distinto, de una minuciosidad microescultórica y de una escenografía irónico-dramáticas tan sólo parangonables a las del polifacético y joven artista italiano Adalberto Abbate. Las piezas del hispalense, incluidas en la serie “Bienvenidos a Río” (2006), destilan una buscada incoherencia entre elementos recuperados y mixturados –envases farmacéuticos, miniaturas infantiles, carcasas, precintos, piezas plásticas- que sólo funciona en pos de una poética teñida de una violencia contenida y latente. Más que incitar a la narración, Martín-Freire crea atmósferas. Atmósferas mínimas, pesadas tras las que intuimos que se articula una velada crítica a una sociedad desquiciada, aséptica y atemorizada.

INTERVIEWS AND VIDEOS

 

Martín Freire. Behind the Scene Proyecto ganador de la tercera Beca de producción DKV Seguros - Álvarez Margaride ( 2015 )

Entrevista: Martín Freire. Behind the Scene ( 2015 )

Martín Freire habla sobre su proyecto ‘Behind the Scene’ y su residencia de producción en Plataforma 0 de LABoral Centro de Arte tras obtener la III Beca DKV Seguros – Álvarez Margaride

http://www.laboralcentrodearte.org/es/exposiciones/files/2015/exposiciones/behind-the-scene/entrevmartinfreire

 

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