FRANÇOIS BUCHER. SCIENCE FICTIONS – EL TRAUMA COMO PORTAL

05.02.22>23.04.22

 

SCIENCE FICTIONS – el trauma como portal

 

La ciencia ficción es la excusa narrativa para crear una articulación entre obras que gravitan alrededor de varios temas fundamentales en nuestra era. Estos temas son el ingenio del “portal en el tiempo” y la idea de una “matriz subyacente” a la realidad visible, una que solo se puede manifestar en su inmanencia radical, como eco de lo invisible. Ambas están subrayadas por el mecanismo del “reflejo”, que es crucial en los procedimientos de las sanaciones en el contexto del chamanismo. La creación/invocación de un “doble” -doblez del tiempo, doble del espacio- es el dispositivo básico de este movimiento, de este desencaje de la realidad pedestre. Dicho doblez es siempre paradójico y potencialmente milagroso. Para François Bucher el chamanismo es la enciclopedia extensa, inabarcable, el ojo de agua de donde brota el conocimiento que se pone “en Obra”.

 

Sanar la psiqué, guiarnos por un camino que pueda tocar el punto neurálgico del trauma individual y su par en el siguiente círculo: el trauma colectivo que estamos viviendo hoy por hoy como humanidad. Y considerar tanto al referido dispositivo conceptual del “portal en el tiempo” como al de una “matriz subyacente” como elementos de un juego -una ficción– de consecuencias reales -una ciencia-. Incorporar lo poético como mecanismo primordial, para tornar el organismo del paciente (el organismo social) en poesía, un verso escrito en un libro de arena, que puede revertirse, ser reescrito, un reverso.

 

En esta fase de la obra de Bucher hay un discreto retorno al cine como su interlocutor infinito.  Y sobre todo a dos películas con las que ha estado afiliado de una manera muy intima, la una es Vértigo de Hitchcock, de 1954 y la otra La Jetée de Chris Marker 1962. En la fase anterior del trabajo de Bucher hubo un diálogo con una novela que termina narrada en una película: Contact, de Carl Sagan, con unos temas particulares que se desprendían de esta obra. En el caso de estas dos cintas, Vértigo y La Jetée hay varias piezas que giran en torno al acto vertiginoso de percibir (en) el tiempo, como dimensión, y no como duración. Una dimensión, una arquitectura en el éter que tiene puertas, pasadizos secretos y escaleras en espiral. La parte fundamental tanto de estas dos películas como de la novela y la película Contact, es que todas son capaces de evidenciar algo clave: el trauma es la apertura de un portal en el tiempo. También entran a jugar en la exposición referencias a otras cintas de ciencia ficción, explícitamente El Planeta de los Simios y su imagen icónica alegórica del trauma colectivo -de un Apocalipsis auto inflingido- y por otro lado una cinta menos conocida, que lleva el nombre Déjà Vu, donde el personaje de Denzel Washington se entera de que está a tiempo de impedir algo que ya sucedió. En el terreno de lo menos explícito está otro tema genérico de la ciencia ficción -y también de las narraciones de sanación chamánica- donde se retrata un paso dimensional en el que el viajero a la vez pierde su identidad y a la vez alcanza/recupera una identidad en otra octava de la consciencia, tras pasar por la purga.

 

Es a través de esa fijación extrema -ese arresto que es en últimas el trauma- que se dobla el tiempo, y lo no vivido aún se ubica, en lo que llamamos el pasado… y viceversa lo que se vive ahora en realidad será experimentado en el futuro. Todo ello tiene una relación clara a la imagen icónica de la película El planeta de los simios.  En la imagen doble, especulada, de esa película, que aparece en esta muestra, se alude a dos tramas que terminan de todas formas en la misma escena final, dos líneas de tiempo -el héroe llega solo o llega acompañado- pero el resultado es el mismo, el encuentro, en tiempo presente con la imagen de su catástrofe, que hasta ese momento le era invisible y que vivió en estado inconsciente.

Del libro y la película Contact vienen una serie de obras entre las que se cuentan todas aquellas que están en diálogo con un fenómeno de la luz que lleva el nombre anisotropía. Dicho fenómeno ha sido instrumentalizado por la ciencia, tanto en la radioastronomía, que explora los confines de la historia universal, como en la exploración de pozos de petróleo producto de vida biológica sepultada hace millones de años. Estas obras de luz polarizada son parte de una metáfora extensa de Bucher sobre el tiempo largo que describen los radio telescopios, que se remonta al Big Bang, y sobre el pasado remoto fosilizado en el plástico PET. Entre ellas una pieza de texto termoformado en el mismo plástico PET The Third War is Ongoing and it is Holographic está ahí para completar el panorama de la ciencia ficción apocalíptica. Pero ese Apocalipsis en potencia esta acompañado por los portales escondidos (en el ruido cósmico de fondo), que como en la cinta La Jetée de Chris Marker ofrecen una salida de la catástrofe sinfín que es la estructura del trauma.

 

Entre otras obras de esta muestra está también una copia de carbón (literal) del cuento de Jorge Luis Borges La lotería de Babilonia falsificado – François Bucher autor de un cuento de Borges.  También hay imágenes falsificadas, de eventos celestes en la técnica de la cianotipia. Y vale mencionar también otra falsificación: la de un gesto político de los años 70 -que a su vez fue una apropiación por parte del artista colombiano Antonio Caro- de la fuente de Coca-Cola con la palabra “Colombia”. Si bien Caro está haciendo referencia al imperialismo cultural, Bucher, con el slogan multi-semántico “tome de su fuente” esta transfiriendo ese gesto político a la era del Antropoceno, donde el activismo espiritual, reemplaza el activismo sudamericano anti-imperialista que reflejaba Caro en esa obra legendaria. Bucher no solamente está emulando el gesto de Caro sino también el de Sherrie Levine con sus actos de repetir obras icónicas cambiando su contexto, apropiándose de una historia del arte masculina como mujer artista. Curiosamente además, el cuento de Borges que cita dicha artista como inspiración fundamental es Pierre Menard autor del Quijote, un cuento que pone en juego una falsificación del Quijote aunque al final de cuentas la copia se torna, por los retruécanos de la trama en una obra original. “Tome de su fuente”, la frase en sí que toma de paso prestada la fuente de coca cola que Antonio Caro ya había tomado prestada; y es en últimas la invitación a viajar en el tiempo, y encontrar la energía madre que se libera en el instante en el que el individuo, y el colectivo se emancipan del trauma de la separación.