Espacio Natural Protegido (ENP)

ENP. Espacio Natural Protegido. 2009

Las series ENP proponen una reflexión en torno a la percepción y a la forma como se construye el conocimiento sobre nuestro entorno. Una lectura del paisaje desde la semiótica donde las políticas de protección medioambiental, además de favorecer la conservación del entorno, generan estructuras de significado que distorsionan la percepción del mismo.

Las fotografías en estas series documentan diferentes espacios naturales donde se ha activado un sistema de significación y puesta en valor del territorio. Un sistema que con su mera presencia invoca cualidades no siempre visibles que hacen referencia al imaginario sobre la conservación del medio ambiente.

Al margen de su presencia local y de su idiosincrasia, estos territorios pasan a formar parte de una compleja red administrativa donde se elaboran convenios, acuerdos, tratados, catálogos, estrategias o principios directores para diseñar, proteger, administrar, organizar, reafirmar y divulgar cualidades muy singulares de manera uniforme y generalizada.

Las políticas para la conservación del medio ambiente despliegan sobre el territorio su propio repertorio de símbolos, que interactúan con el paisaje existente. Una nueva capa de información que se superpone y complementa capas precedentes para remarcar la singularidad de un entorno que debe ser observado, conservado, divulgado, etc. Un sistema cuya visibilidad e iconografía distorsiona la percepción del paisaje ya existente, y cuya presencia, al margen de su intención comunicadora, denota cualidades medioambientales y paisajísticas. Este sistema de significación activa una estructura de códigos y significados que hacen referencia a cualidades abstractas como “inalterado, preciado, representativo o singular” y sugieren la presencia de elementos destacados, ya pertenezcan a la flora, a la fauna, a la geología, la hidrología o cualquier otro factor natural.

Tradicionalmente la mirada sobre el territorio ha estado condicionada por las convenciones culturales de cada época y de cada lugar. En la actualidad se ha producido una transformación notable en la manera de percibir el entorno, un desplazamiento del descubrimiento al reconocimiento, hasta resultar imposible una mirada virgen.

Como resultado el observador contempla el paisaje con un amplio abanico de categorías predeterminadas y solo puede ver lo que ya sabe.